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¿Ver Para Creer?


  

           

 

 

“Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.  Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!  Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.”

 

Evangelio según San Juan 20:27-29

 

     La frase “Ver para creer” se ha vuelto uno de los refranes más populares de uso cotidiano, al intentar confiar en la palabra de alguien que anteriormente nos ha fallado. De igual manera, cuando se dice: “Tú eres como santo Tomás; ver para creer”, se usa para describir a personas que no creen las cosas de buenas a primeras.        

     El evangelio según san Juan tiene un propósito claro y definido; que quien lo lea, reconozca y crea que Jesús es el Hijo de Dios, y creyendo en Él tenga vida en su nombre, o vida eterna (20:31). Por lo que, Juan deja establecido desde el principio de su evangelio, quién es Jesús. No pierde tiempo para dejarnos saber que Jesús es Dios. (1:1). Y así sigue haciendo durante el desarrollo de su evangelio. Las señales de Jesús, los siete “YO SOY”, su muerte y resurrección, apuntan a Su divinidad; y a dejarnos saber que es uno con el Padre. Antes de su muerte Jesús oró: “Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti” (17:1). Jesús ha sido glorificado en la cruz, y ahora, tras su muerte, se les aparece a los discípulos como el Salvador resucitado. Tomás no estaba presente, pero al enterarse de la situación les dijo a sus compañeros que, si no veía y palpaba personalmente al Señor, no creería. Una semana después el Señor le brinda la oportunidad de así hacerlo; y Tomás, sin más, se rinde ante Él. Lo reconoce, lo confiesa y le adora como su Dios y Señor. Fue bienaventurado porque vio y creyó. Pero dijo el Señor que también serán bienaventurados los que no vieron y creyeron.  

     Para algunos el creer sólo en Jesús para salvación suele ser algo difícil o sin sentido, pues han vivido su vida creyendo otras ideas y siguiendo otras tradiciones. Muchos alegan que para cambiar de opinión deben ver para creer. En la Biblia está todo lo que necesitas ver, para creer. En ella se nos muestra a Cristo, el Hijo de Dios. Ella nos muestra: su gloria, su grandeza, de dónde nos sacó, nuestra seguridad de salvación, los beneficios de su obra redentora, que Él es nuestro Señor y Salvador, que no importa la situación; todo obrará para bien pues nada nos podrá separar de su amor, entre otras tantas cosas. Ella nos muestra la verdad, porque es la verdad. ¿Realmente necesitas ver para creer? Si es así, busca la Biblia y léela.

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