Cuando pensamos en el valor lo hacemos en términos del valor del soldado en el campo de batalla, su valor al enfrentarse a la muerte. El presidente John F. Kennedy dijo: “Sin desmerecer el valor con el que los hombres han muerto, no deberíamos olvidar aquellos actos de valor mmediante los cuales los hombres viven”.
Formar una familia en un hogar cristiano requiere valor. Ser un misionero requiere valor. Vivir para Cristo en el mundo del trabajo, de los negocios o centros universitarios requiere valor. Enseñar una clase de escuela dominical requiere valor. Servir a otros en el nombre de cristo requiere valor. Perder a tu compañero o compañera en la vida y todavía superarlo y proseguir viviendo, requiere valor.
¿De dónde procede este valor? El valor de esa clase sólo proviene de Dios. Prometió dárselo a Josué y nos lo ofrece a todos los creyentes: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en donde quiera que vayas” (Josué 1:9).
Lecturas:
domingo, 20 de agosto Marcos 6:49-50
lunes, 21 de agosto Josué 1:9
martes, 22 de agosto Isaías 41:13
miércoles, 23 de agosto Salmos 23:4
jueves, 24 de agosto Romanos 8:15
viernes, 25 de agosto Isaías 41:10
sábado, 26 de agosto Salmos 27:1
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