“Ya se cumplió el plazo señalado, el reino de Dios está cerca. Vuélvanse a Dios y acepten con fe sus buenas noticias.”
Evangelio según San Marcos 1:15
Se dice que nosotros, los puertorriqueños, somos muy buenos haciendo mezclas. Sólo hay que mirar parte del diccionario de nuestra cocina para descubrir palabras que pueden describir muy bien esa inclinación nuestra. Ejemplo de ellas son nuestro sancocho, la sambumbia y nuestra tradicional serenata.
Por otro lado, debemos admitir que no todas las mezclas que hacemos son tan ricas y exitosas. Muchas veces, en nuestro deseo de complacer a la mayor cantidad de personas y a nosotros mismos, hemos llegado a sugerir mezclas que son capaces de producir efectos muy peligrosos.
Hoy quisiera invitarles a prestar atención a una mezcla muy interesante que nos presenta el evangelista Marcos. Este escritor neotestamentario tiene la capacidad de decir mucho en pocas palabras, y de comprimir considerables espacios de acción en muy pocos versículos. Este estilo literario nos permite ver con mayor agudeza el ministerio de nuestro Señor como un modelo de vida que encierra grandes lecciones y que no debe pasar desapercibido. En la porción sugerida por el leccionario común para este domingo, se presentan, de manera seguida, experiencias tan contrastantes como su bautismo, su tentación en el desierto y el inicio de su ministerio público. Evidentemente, con ello se nos deja saber que también la vida nuestra puede estar marcada por una mezcla interesante de eventos que no necesariamente son congruentes. Sin embargo, juntos pueden servir para forjar en nosotros un mejor carácter. Rogamos a Dios que esta Cuaresma nos ayude a crecer, aceptando tanto lo sublime como lo banal, tanto lo extraordinario como lo cotidiano, con el fin de acercarnos cada vez más a la estatura espiritual a la que Dios desea llevarnos.
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