Cuando terminó la guerra civil estadounidense en 1865, quedaba la tarea monumental de reconstruir el país, especialmente en el sur. La amargura y el resentimiento habían sustituido al anterior espíritu optimista de la gente. Aunque Texas no había sufrido tanto material y emocionalmente como otros estados del sur, muchas personas sí que habían quedado muy lastimadas.
Ben Carroll entró cojeando en un pequeño pueblo del centro de Texas. Sus heridas físicas iban sanando lentamente, pero no sus heridas emocionales. Él sentía que a sus veintidós años su vida había terminado. Se encontraba sin dirección y propósito, lleno de enojo y declarándose agnóstico. Cuando un día entró en el último servicio religioso de una campaña de cultos especiales, las palabras del predicador tocaron su corazón. Apoyándose en sus muletas en las últimas filas de la concurrencia, Ben Carroll aceptó a Jesús como su único y suficiente Salvador.
El cambio fue dramático. Carroll se pasó toda la noche leyendo El Progreso del Peregrino, según le instruyó el predicador. Para el amanecer sentía ya en su corazón que Dios le llamaba a predicar. A los treinta y cuatro años B.H. Carroll había predicado el sermón anual de la Convención Bautista del Sur. Durante su vida ministerial pastoreó la Primera Iglesia Bautista de Waco, en Texas, y fue profesor en Baylor por 32 años. En 1905 organizó un seminario en Baylor y cinco años más tarde lo trasladaron a Fort Worth, donde se convirtió en el “Southwestern Baptist Theological Seminary”. Carroll escribió treinta y tres libros, incluyendo un comentario bíblico en 13 volúmenes.
Esto es lo que sucede cuando Dios llama a una persona y se adueña de su vida. Transforma a un hombre agnóstico y amargado de veintidós años en un gran siervo suyo. Hoy Cristo Jesús nos llama para convertirse en nuestro Salvador y Señor, y convertirnos en sus hijos y sus siervos. Él puede usarnos como lo hizo con B.H. Carroll.
Lecturas:
domingo, 28 de febrero Lucas 5:1-11
lunes, 1ro de marzo Hechos 3:19
martes, 2 de marzo 2 Corintios 3:18
miércoles, 3 de marzo 2 Tesalonicenses 3:5
jueves, 4 de marzo Romanos 12:1-2
viernes, 5 de marzo Ezequiel 36:26
sábado, 6 de marzo Tito 3:5-6