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Testigos de una realidad maravillosa.



“Y los sacó fuera hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo. Y aconteció que bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado arriba al cielo”.

Evangelio según San Lucas 24:50-51


C. S. Lewis fue un reconocido escritor, catedrático de la Universidad de Oxford y teólogo laico, nacido en Irlanda del Norte. Lewis contaba que cuando conoció la gracia de Dios, en lugar de ingresar a un centro de estudio teológicos, decidió compartir su fe por medio de sus ecritos y conferencias que ofrecía y así alcanzaría a millones de personas.

Sin embargo, esa conducta le costó el repudio de la jerarquía académica de Oxford. Por consiguiente, les fueron cerradas todas las vías de avance en el campo académico. Lewis aprendió que cuando uno habla sólo sobre temas como la bondad, la belleza y sobre Dios, como un cierto tipo de fuerza espiritual, siempre vas a ser aceptado. Por otro lado, cuando hablamos de Dios como es descrito en las Sagradas Escrituras, la temperatura comienza a subir y el ambiente se torna cada vez más inóspito.

Hoy, conmemoramos la ascensión de nuestro Señor a la diestra del Padre. Este hecho es narrado por Lucas, tanto al final del Evangelio, como al inicio del Libro de los Hechos. En el Evangelio se nos presenta a Jesús en dos diferentes instancias. En primer lugar, Lucas nos narra una de las apariciones de Jesús resucitado a sus discípulos; ocasión que utilizó para “abrirles el entendimiento” para que comprendieran todo lo que las Escrituras decían acerca de Él, particularmente de sus padecimientos, muerte y resurrección. Luego, les recordó que ellos habían sido testigos de todo esto. Más tarde, (cerca de 40 días después), los llevaría hasta Betania, desde donde asciende al cielo. Cabe destacar aquí, que cuando Lucas escribe el Libro de los Hechos, lo comienza con la historia de la ascensión. Allí, Jesús promete a sus discípulos que serían convertidos en testigos suyos, por el poder del Espíritu Santo. ¿Se ha preguntado usted, qué convirtió a aquellos seguidores del Señor en personas dispuestas a sufrir persecusión y muerte? La respuesta: Fueron transformados en testigos de una realidad maravillosa, por el poder del Espíritu Santo. Así pasó con C.S. Lewis, y con todo aquél que es alcanzado por la gracia de Dios.



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