Una mujer contaba: Mi esposo nos abandonó cuando nuestro hijo Miguel tenía once años de edad. Cuando Miguel tenía catorce años decidió irse a vivir con su padre a una ciudad algo lejos del pequeño pueblo donde vivíamos. El padre no encontró muy “conveniente” para él tener a su cuidado a un adolescente, y sin yo enterarme mi hijo se quedó sin techo bajo el cual vivir. Empezó a vivir con gente que se encontraba en la calle.
Dos años después me llamaron de un hospital pidiendo información sobre mi seguro médico. Lo habían admitido como enfermo. Di la información solicitada y les dije que estaría allí lo antes posible. Ellos me dijeron que mi hijo no quería verme. Poco después me enteré de que unos “amigos” le habían dado a probar LSD. Su reacción a la droga fue tan fuerte que corría el riesgo de convertirse en un vegetal para siempre. Aquello fue horrible.
Con el tiempo la relación con mi hijo se restauró, él se recuperó milagrosamente y regresó a casa. Empezó a estudiar y su corazón respondió de nuevo a Dios. Empezó a interesarse por una joven que conocía desde niño. Pero le dolió mucho cuando el padre de la chica le dijo que no quería que saliera con su hija, porque dijo: “Tú eres como tu padre.”
Miguel quedó aplastado y llorando dijo: “¿Voy a ser siempre comparado con mi padre? ¿Voy a terminar como él?”
Yo sabía que mi hijo estaba herido y que había peligro que de nuevo se olvidara de Dios. Clamé a Dios y Él me dio sabiduría para decirle: “Miguel, tú tienes dos padres. Tú ves a cuál de los dos muestras y honras con tu vida.” A partir de aquel momento algo fue diferente. Vi como el Padre celestial guiaba fiel y amorosamente a mi hijo, lo corregía, lo animaba y era su modelo.
Si, todos tenemos dos padres, cuando los terrenales fallan, podemos tener la seguridad de que el Padre celestial seguirá siendo fiel.
Lecturas:
domingo, 11 de diciembre Juan 10:30
lunes, 12 de diciembre Juan 1:1
martes, 13 de diciembre Juan 14:8-11
miércoles, 14 de diciembre Juan 8:53-58
jueves, 15 de diciembre Juan 5:17-18
viernes, 16 de diciembre Colosenses 1:16
sábado, 17 de diciembre 1 Timoteo 3:16
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