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Resultados de los Conflictos



El conflicto en la iglesia de Roma se había intensificado hasta el punto en que probablemente la iglesia impedía que fueran miembros aquellos que tenían criterios excéntricos. La contienda por este desacuerdo persistía aún unos años después cuando Pablo llegó a Roma como prisionero del emperador. En su casa alquilada, Pablo escribió, en la carta a los Filipenses; que algunos cristianos de Roma estaban predicando a Cristo por envidia y contienda (1:15-16). La facción que insistía en observar las leyes ceremoniales del Antiguo Testamento -en contradicción directa con las enseñanzas de Pablo - estaba aprovechando su confinamiento para promover sus puntos de vista y así afligir a Pablo.

Aunque parezca increíble, una evidencia bastante sustancial sugiere que la disputa de estos dos grupos fue responsable del martirio de muchos cristianos de Roma. Hacia el final del primer siglo, un líder cristiano de Roma, Clemente, escribió una carta a la iglesia de Corinto. Su propósito principal era reprender un espíritu de envidia y animosidad en la iglesia de Corinto. Para mostrar las horribles consecuencias de tal disputa, Clemente indicaba que, por el tiempo del encarcelamiento de Pablo, un gran número de creyentes había sido martirizado a causa de los celos.

El teólogo Oscar Cullman, en su libro Pedro, llega a la conclusión de que estos mártires (e incluye a Pedro y Pablo) fueron víctimas de una celosa disputa de personas que se consideraban a sí mismas miembros de la iglesia cristiana de Roma. La rivalidad entre facciones en la capital se hizo tan encarnizada que algunos hermanos denunciaron a otros cristianos oponentes como traidores al imperio. Después de discernir las evidencias, Cullman llega a la triste conclusión de que la envidia entre los cristianos ayudó a alimentar con santos a los leones del coliseo y a encender fuegos bajo hermanos cristianos en los jardines de Nerón. ¡Qué terrible incendio se puede desencadenar con chispas de rencor!

Cullman también sugiere que el final abrupto del libro de hechos con Pablo prisionero en Roma, puede explicarse por las dolorosas circunstancias que contribuyeron a estos numerosos martirios. Tal vez Lucas, el autor de Hechos, quería correr un velo sobre esta penosa contienda entre el pueblo de Dios. Clemente, por otra parte, quería advertir a la iglesia de Corinto una generación después, de los peligros que amenazaban a cualquier iglesia que permita una disensión semejante sin controlarla.


Lecturas:


DOMINGO, 11 DE SEPTIEMBRE LUCAS 12:49-51

LUNES, 12 DE SEPTIEMBRE DANIEL 1:8

MARTES, 13 DE SEPTIEMBRE HECHOS 5:27-29

MIÉRCOLES, 14 DE SEPTIEMBRE DANIEL 3:17-18

JUEVES, 15 DE SEPTIEMBRE RUT 1:16

VIERNES, 16 DE SEPTIEMBRE MATEO 5:38-42

SÁBADO, 17 DE SEPTIEMBRE 1 PEDRO 3:8-11

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