Min.: Padre nuestro, hoy cantamos: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
Con.: Pero junto con ello, te pedimos que nos ayudes a entender lo que estamos haciendo, cuando decimos: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
Min.: Cuando decimos: ¡Hosanna!, te pedimos que hagas llegar tu salvación allí donde hace falta.
Con.: Por eso, Señor, te pedimos que nos des compromiso con la extensión de ese reino tuyo.
Min.: Al celebrar este día, conmemoramos la entrada triunfal de Jesús, y la acogida de la que fue objeto, con sus vítores y aplausos.
Con.: Y nosotros te pedimos que nos permitas mantener nuestra mirada lo suficientemente bien puesta en Ti, para que los vítores y los aplausos de la gente no lleguen a deslumbrarnos.
Min.: Buen Padre, también recordamos, cómo esos vítores se convirtieron más tarde en estridentes gritos de: ¡Crucifícale!
Con.: Por esa razón, te suplicamos que nos des tu gracia para que no nos dejemos desanimar por la crítica flagelante y la envidia desalentadora.
Min.: Hoy nos acercamos juntos delante de tu santa presencia por medio de nuestra adoración y oración.
Todos: En el nombre, sin par, de JESÚS hemos orado. ¡Amén!