Les invito a que nos unamos fraternalmente para rogar al Señor que nos conceda a todos una Navidad de auténtica paz. Oremos.
Señor:
Venimos a decirte que anhelamos el gozo de la Navidad.
Si sufrimos de soledad, aliéntanos con tu compañía.
Si padecemos de tristezas y de nostalgias, concédenos tu consuelo.
Si nos falta la salud, impártenos fortaleza y victoria.
Si carecemos de paz, riega sobre nosotros la serenadora presencia de tu Espíritu.
Si sufrimos de insatisfacción, inconformidad o rebeldía, domínanos con la redentora dulzura de tu amor.
Si estamos contra otros, o percibimos que otros están en contra nuestra, si hay divisiones en la familia, brechas de hostilidad en nuestras relaciones, llénanos de esta indestructible fuerza que es el Espíritu perdonador.
Si hemos pasado por alto la maravilla de lo sucedido aquella santa noche, condúcenos hasta Belén en un transformador viaje espiritual.
Señor, renueva en nosotros el gozo de la Navidad. En el nombre de Aquél que nació en Belén, oramos. ¡Amén!
(Roguemos por el gozo de la Navidad.)