“Aconteció en aquellos días, que Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán. Y luego, cuando subía del agua, vio abrirse los cielos, y al Espíritu como paloma que descendía sobre Él. Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en Ti tengo complacencia”.
Evangelio según San Marcos 1:9-11
Muchos recordarán un programa de televisión titulado: Ocurrió Así. En el mismo se presentaban historias que eran el producto de trabajos investigativos de mucha actualidad, y se transmitió desde octubre de 1990 hasta abril de 2002. Muy pronto se convirtió en el preferido de la audiencia, llegando a ganar 6 premios Emmy. Su inmediata y vertiginosa fama se debió, entre otras causas, a lo impactante de sus historias.
En el día de hoy damos un extraordinario salto en la historia de la vida de nuestro Señor. Como nos sugiere el calendario litúrgico, el primer domingo después de la Epifanía iniciamos la contemplación y recuento del ministerio público de Jesús, con el relato de su bautismo. Este año lo haremos siguiendo el testimonio del evangelista Marcos, el cual luego de un muy breve recuento del ministerio de Juan el bautista, nos narra la historia del bautismo de nuestro Señor en tan sólo tres versos.
Como sabemos, Marcos no figura como uno de los 12 apóstoles de Jesús. Sin embargo, se entiende que contó con el testimonio del apóstol Pedro como su fuente primaria, a la hora de escribir el evangelio. Como sucede con el caso de Lucas, quien tampoco fue uno de los 12 discípulos, el testimonio de Marcos ha sido cuestionado. Sin embargo, la realidad es que Marcos, no sólo contó con el testimonio de Pedro, sino que muy probablemente, fuera testigo de algunas de las historias contenidas en el evangelio. Pero, más allá de todo esto, lo que nos parece más importante es que debemos dar credibilidad a todo lo que nos ha sido dejado en todas las Sagradas Escrituras porque fue el Espíritu Santo quien inspiró y supervisó todo lo que allí se nos narra. Es decir, que todo lo que Marcos nos va a narrar, incluido el bautismo de nuestro Señor, Ocurrió Así. ¡Que así nos ayude Dios a creerlo y a entenderlo!