Un misionero que predicaba el evangelio entre las tribus de las pieles rojas norteamericanos se encontró un día anunciando el evangelio en un campamento indio.
En un determinado momento, el jefe de la tribu se levantó y parándose delante del misionero, le dijo:
-Misionero, jefe indio entrega su hacha de guerra a Jesucristo.
El misionero continuó su exposición del evangelio sin hacerle, aparentemente, caso al jefe indio.
El cacique indio se levantó otra vez y dirigiéndose al misionero, le dijo:
-Misionero, jefe indio entrega su cobija a Jesucristo -y la puso a los pies del misionero.
El misionero prosiguió como anteriormente.
La piel roja, se levantó la tercera vez y dijo al misionero:
-Misionero, jefe indio entrega su caballo a Jesucristo.
Aquellas tres cosas: hacha, cobija y caballo eran todo lo que tenía.
Pero el misionero continuó sin, al parecer, hacerle caso.
Por fin el jefe indio se levantó por cuarta vez y dijo:
-jefe indio se entrega a sí mismo a Jesucristo.
Esta es la salvación. No podemos comprar o negociar un lugar en el cielo. Sólo darnos en fe y confianza a Jesús.
Lecturas
domingo, 24 de octubre Hechos 9:1-31
lunes, 25 de octubre 2 Crónicas 7:14
martes, 26 de octubre Lucas 5:32
miércoles, 27 de octubre Marcos 1:15
jueves, 28 de octubre 2 Corintios 3:18
viernes, 29 de octubre Isaías 55:7
sábado, 30 de octubre Juan 3:3
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