"Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron al sepulcro… he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron. Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí, me verán”.
Evangelio según San Mateo 28:1, 9-10
Las Marías de Santiago es el nombre con que se conocía en Santiago de Compostela a la pareja de hermanas Maruxa y Coralia Fandiño Ricart. Éstas están representadas desde 1994 en una famosa escultura ubicada en el parque de la Alameda, en Santiago.
Las dos hermanas se convirtieron en personajes populares de la ciudad debido a que realizaban un paseo diario por la Zona Vella (casco antiguo de Compostela), desde los años cincuenta hasta finales de los setenta, vestidas y maquilladas de manera excéntrica, mientras flirteaban con los jóvenes universitarios. Este paseo, que tenía lugar a las 2:00 pm en punto, hora en que la mayoría de los estudiantes se dirigían a comer y, por tanto, cuando más actividad había en las calles del centro de Santiago, era todo un acontecimiento por el contraste que suponía el ambiente que reinaba en España durante la dictadura de Franco.
En la mañana de hoy, el texto del evangelio según Mateo nos presenta a otras dos Marías, María Magdalena y “la otra María”. Estas dos mujeres fueron muy temprano al sepulcro de nuestro Señor la mañana de la gran resurrección. Allí, fueron las primeras testigos, junto con los guardas que habían colocado para vigilar el sepulcro, de la aparición angelical que removió la piedra que bloqueaba la entrada de la tumba. Enseguida, sólo ellas recibieron palabras de aliento y órdenes del ángel de hacer saber a los discípulos que el Señor había resucitado de entre los muertos. Luego, mientras se dirigían a cumplir con su encomienda, se encontraron con el propio Jesús, cuyos pies pudieron abrazar y adorarle, y a quien pudieron escuchar; convirtiéndose en las primeras testigos de aquel evento que transformaría por completo la historia. ¿Qué les parecen estas Dos Marías? ¿Tendrá sentido ser bien recordadas, y sobre todo también imitadas? ¡Amén!