top of page
Foto del escritorIgl. Presbiteriana Westminster

La Obra de Dios Nadie La Detiene


  

 

 

“Y estaba asombrado de la incredulidad de ellos. Y recorría las aldeas de alrededor, enseñando. Después llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos.”

 

Evangelio según San Marcos 6:6-7

 

     El leccionario cristiano nos ha sugerido para hoy dos perícopas que, al contemplarlas a primera vista podríamos llegar a la conclusión de que una no tiene nada que ver con la otra. Parecen ser dos historias distintas y totalmente independientes. Incluso, los estudiosos han recomendado a los predicadores que, es preferible el exponerlas y predicar sobre ellas de manera individual, escogiendo sólo una, en lugar de hacerlo con las dos como un todo. Aquí trataremos de hacer todo lo contrario.

     La primera de ellas nos narra el rechazo que recibió Jesús de parte de los suyos. Es decir, de sus compueblanos y de su gente más cercana al llegar a la ciudad donde se crio. Esto, aun cuando Él ya había mostrado su poder en otras ciudades; ya sea enseñando, realizando curaciones y milagros que, habían dejado asombrados a todo aquel que lo había presenciado. No obstante, Jesús, reconociendo que nadie es profeta en su tierra, no se detuvo y continuó realizando su obra en otro lugar. Luego, en la segunda historia, Jesús envía a sus doce discípulos con poder, y con instrucciones específicas para realizar una gran misión: predicar, expulsar demonios y sanar enfermos. Esto con el fin de alcanzar almas para el reino de Dios.

    ¿Cómo podemos conectar estas dos historias? Hoy día, la iglesia cumple con la misión que comenzaron estos doce discípulos y sigue predicando el mensaje de salvación sólo por la fe en el sacrificio único y perfecto de Jesús en la cruz. De igual manera, hoy día, la iglesia sigue con la encomienda de llamar a los pecadores al arrepentimiento. Pero, triste y lamentablemente podemos ver cómo muchos de sus líderes, es decir, pastores y ancianos, “los suyos”, son los primeros que hoy rechazan a Jesús y no lo reconocen como quien verdaderamente es: el Hijo de Dios y el Salvador del mundo; desvirtuando Su Palabra y Su mensaje. Reduciéndolo también al nivel de falsos ídolos afirmando que es uno de tantos caminos para llegar a Dios. Son ellos mismos, los primeros en decir que, si Jesús viniera hoy, su mensaje fuera otro. ¡Qué gran error! Pero que maravilloso es el poder reconocer, por el poder de Dios que, no importa lo oscuro que parezca o sea la situación, la iglesia continúa y continuará con su obra. Si verdaderamente eres un discípulo y un fiel creyente de Cristo, estás llamado a actuar. Responde a Su mandato, cumple con tu misión, ¿qué te lo impide? Si ya conocemos lo que sucede al final; nosotros ¡ganamos! Pues, pase lo que pase; opóngase quien se oponga, la obra de Dios, nadie la detiene.


0 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

コメント


bottom of page