“Porque muchos son llamados, y pocos escogidos.”.
Evangelio según San Mateo 22:14
Recuerdo en mi época de estudiante de comunicaciones, mientras tomaba el primer curso de locución, la última unidad de dicho curso se enfocaba en la improvisación. Y al hablar de improvisación no me refiero a que nos ponían a hablar lo primero que se nos ocurriera, mucho menos a hablar como el papagayo. Sino que, se nos enseñaban técnicas para poder tener éxito en momentos especiales donde, de manera inesperada, se nos pidiera decir algunas palabras y no estuviésemos preparados para ello. Yo recuerdo que se terminaba la unidad con la siguiente frase: “No hable improvisadamente; improvise un discurso”. Por lo que, el profesor siempre nos decía: Si aprenden estas técnicas y las dominan bien, les serán de ayuda toda la vida”. Y añadía: “Porque un comunicador siempre tiene que estar listo”.
En la parábola de la fiesta de bodas en Mateo 22 Jesús sigue el mismo tema de las dos parábolas anteriores; el juicio a los líderes religiosos de Israel por su indiferencia y mala actitud como respuesta al llamado y la encomienda que el Señor les estaba haciendo. Por lo que, les advierte que su final no será bueno; y a la postre, otros, a quienes también serán llamados, tomarán su lugar. Sin embargo, advierte que, a diferencia de lo que ellos creen, la salvación no es un logro humano; sino un don de la gracia soberana de Dios. Gracia, por la cual hemos sido transformados y, por consiguiente, “revestidos”, para gozar de la presencia del Señor. Porque muchos son llamados, pero pocos escogidos.
El Señor sigue llamando a los suyos para estar con Él y por su gracia, a los que llama, los reviste con nuevas vestiduras. Por lo que, también nos llama a cada día ser mejor, a dar testimonio de nuestra nueva vida en Cristo y a vivir una vida que le honre y le glorifique. Sólo podemos realizar todo esto si tenemos la nueva vestidura; si hemos sido revestidos de Cristo. ¿Estás listo para responder? ¿Estás listo para el encuentro con el Rey?