Un día, un hombre se encontraba ante el juez acusado de un delito grave. El tribunal le asignó un buen abogado para defenderlo. Pero el acusado no estaba conforme. E juez sorprendido le avisó:
-¿No se da cuenta de que este tribunal quiere ayudarle y por eso le nombra un buen abogado para que lo defienda?
A lo que el acusado replicó:
-¿No podría su señoría cambiarme este buen abogado por un buen testigo?
Aquel hombre sabía lo que pedía.
Con razón un hombre de Dios decía: “Prefiero unos gramos de testimonio a una tonelada de predicación”. El mundo precisa del testimonio cristiano de la vida y la Palabra.
Lecturas:
domingo, 21 de mayo Lucas 24:44-53
lunes, 22 de mayo Juan 8:18
martes, 23 de mayo Hechos 26:22-23
miércoles, 24 de mayo Juan 1:6-8
jueves, 25 de mayo Hechos 4:33
viernes, 26 de mayo Hechos 5:31-32
sábado, 27 de mayo Juan 5:39-40
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