La palabra “pastor” como líder en la congregación se usa poco en la Biblia, sólo ocho veces en el Antiguo Testamento (todas en el libro de Jeremías) y cuatro en el Nuevo. Los significados son los mismos en griego y en hebreo: “atender un rebaño, dirigir, asociarse como un amigo, acompañar, como el pastor de ovejas.”
El líder espiritual debe ser solamente el que atiende el rebaño. Jesús se refirió a sí mismo como el Buen Pastor.
En Jeremías 3:15 la palabra se usa en un sentido metafórico. Después de que los reinos del norte y del sur se dividieran, Dios habló por medio de Jeremías, decepcionado y airado ante la conducta del que antes fuera un gran pueblo. Ruega a los hijos de Israel, que han sido menos fieles que Judá, que vuelvan a Él: “Y os daré pastores según mi corazón, que os apacienten con ciencia y con inteligencia”. Es obvio que no se dirige a ovejas de cuatro patas, sino a un pueblo quebrantado, cuyos sacerdotes corruptos y sacrificios de sangre habían perdido su valor. Necesitaban “pastores según mi corazón”, llenos de compasión.
El pastor de ovejas tiene habilidades especiales: guiar, no aguijonear; advertir, no empujar; hacer que las ovejas avancen juntas, no separadas, hasta llegar a los abundantes pastos. Dejarles descansar en el verde prado cuando están cansadas; beber de aguas mansas, no de las turbulentas. ¡Pero son las ovejas, no los pastores, las que producen corderitos! Nuestros pastores guían a las ovejas (creyentes) para que produzcan corderos nuevos para la manada.
Lecturas:
domingo, 21 de abril Juan 10:11
lunes, 22 de abril Mateo 9:36
martes, 23 de abril Salmo 23:1
miércoles, 24 de abril Isaías 40:11
jueves, 25 de abril Ezequiel 34:12
viernes, 26 de abril 1 Pedro 2:25
sábado, 27 de abril Hebreos 13:20-21
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