“Al día siguiente Jesús decidió ir a la región de Galilea. Encontró a Felipe, y le dijo: Sígueme. Respondió Jesús (a Natanael) y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.”
Evangelio según San Juan 1:43, 48
Luego de la conmemoración del bautismo de nuestro Señor, la Iglesia comienza a celebrar hoy lo que llamamos: tiempo ordinario. Se le llama tiempo ordinario porque no corresponde a ninguna de las grandes celebraciones litúrgicas de la Iglesia, como lo son Adviento, Navidad y Cuaresma. El foco de atención en los primeros domingos de este tiempo ordinario lo es el proceso del llamado del Señor a sus primeros discípulos.
El pasaje para este domingo nos presenta dos de esos llamados. El primero se narra de manera muy escueta. El escritor sólo nos dice que Jesús se encontró a Felipe y lo invitó a seguirle. Aparentemente Felipe respondió al llamado directo del Señor sin poner objeción alguna. El escritor bíblico luego pasa a narrarnos la manera en que otro seguidor de Jesús respondió al llamado de éste. El caso de Natanael es totalmente distinto al de Felipe. Natanael recibe primero el testimonio y la invitación de Felipe. Luego, el propio Jesús lo convence de seguirle de una manera mucho más elaborada y confrontadora.
En fin, Juan nos narra dos historias totalmente distintas sobre el mismo tema: el llamado del Señor. Existen diferencias marcadas sobre la manera en que ambos seguidores de Jesús son llamados. Esto nos permite descubrir que Dios tiene muchas formas de acercarse a las personas que quiere llamar. Por otro lado, podemos identificar algunas similitudes en ambos llamados. Uno de ellos es que quien llama es el mismo: el Maestro. Esto marca una inversión en la costumbre. No son los discípulos quienes seleccionan al Maestro. Además, el llamado es esencialmente el mismo: “Sígueme”. Nos invita a unirnos a Él en Su misión, no la nuestra. ¡Que Dios nos ayude a seguirle siempre!
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