Cuando el astrónomo Copérnico descubrió que la tierra no era el centro del sistema solar se produjo inmediatamente una revolución. Los hombres no podÃan aceptar la afirmación, entraban en crisis, los conocimientos se alteraban. ¿Cómo podÃa ser que el hombre que se veÃa como el centro alrededor del que giraban las demás cosas ya no fuera más asÃ? ¿Dónde quedaba el lugar del hombre? ¿Quién es el nuevo centro?
En otro sentido, esta revolución copernicana sigue siendo inaceptable para muchos hoy. La tierra gira alrededor del sol y los hombres alrededor ¿de qué? o ¿de quién? El hombre creÃa que él dirigÃa su vida y movimientos; que era grande y no se debÃa a nadie, ahora le cuesta aceptar que depende de otros, que no va hacia donde quiere. Se niega a aceptar que la vida gira alrededor de la luz de Dios, el único verdaderamente grande y magnÃfico; quien no le debe su existencia ni su ser a nada ni nadie. ¿No deberÃa incorporar los propios datos que la ciencia ya ha reconocido hace varios siglos?
El hombre tiene una órbita marcada por Dios, el Creador, el Todopoderoso; si se apagara el sol cesarÃa la vida, el hombre lo sabe, pero se niega a creerlo, le cuesta aceptar su limitación y dependencia. ¿Su vida alrededor de quién gira? ¿Se cree el centro de la vida? ¿Ha reconocido la dependencia de su vida en el Creador?
Lecturas
domingo, 27 de febrero Daniel 6:1-24
lunes, 28 de febrero 1 Crónicas 29:11
martes, 1ro de marzo Salmos 145:1-3
miércoles, 2 de marzo JeremÃas 10:6
jueves, 3 de marzo Efesios 3:20-21
viernes, 4 de marzo IsaÃas 40:26
sábado, 5 de marzo JeremÃas 32:17