Ocho jóvenes adolescentes hicieron algo poco común para expresar su amor y su apoyo por un compañero de escuela a quien le habían diagnosticado cáncer. Afortunadamente lo habían detectado a tiempo y los doctores se sentían optimistas en cuanto al resultado del tratamiento, pero para luchar contra el cáncer tenían que aplicarle quimioterapia. Algo que le preocupaba bastante al joven era la pérdida temporal del pelo como consecuencia de la quimioterapia. Le resultaba doloroso pensar el tener que volver a la escuela sin pelo.
Pero sus ocho amigos idearon un plan para ayudarle. A fin de que no se sintiera tan mal y para expresarle su amor y simpatía, se afeitaron todos la cabeza con el fin de que todos aparecieran iguales. Así a él no se le notaría tanto y no se sentiría solo cuando regresara a la escuela. El periódico local los sacó a todos juntos en primera plana, con sus cabezas afeitadas, y con la frase explicativa abajo que decía: “Todo lo que hacemos lo hacemos juntos”. ¡Qué hermoso ejemplo de amistad y solidaridad!
De estos gestos de amor habla Jesús en Juan 13:34-35. Esos versículos contienen un pensamiento profundo, conmovedor y estimulante. Se supone que debemos amar como Cristo lo hizo de una manera generosa e incondicional. Esa clase de amor es lo único que puede salvar a este mundo: el amor redentor de Dios mostrado en Cristo Jesús, y somos llamados a vivir en ese espíritu.
Lecturas:
domingo, 15 de mayo Juan 13:31-35
lunes, 16 de mmayo Marcos 12:31
martes, 17 de mayo Gálatas 5:14
miércoles, 18 de mayo Romanos 15:2
jueves, 19 de mayo Mateo 7:12
viernes, 20 de mayo 1 Corintios 10:24
sábado, 21 de mayo Romanos 13:10
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