Somos del Oriente los tres y venimos a adorar
Al bebé recién nacido, que es Rey divinal.
CORO ¡Oh!, Bella estrella angelical,
Tu fulgor nos guiará
Al lugar donde hallaremos
Al Enviado celestial.
Oro traigo para ofrendar al nacido para reinar.
Y a sus plantas mi corona quiero depositar.
Llevo incienso para el Señor,
Que también es el Mediador
Entre el Padre y los mortales, único Intercesor.
Mirra ofrezco para el dolor del sufriente Salvador;
Que, en cruenta cruz, su sangre dio por el pecador.
Ved la gloria de Emanuel,
Sacerdote, Rey, Redentor.
¡Aleluya! Tierra y cielo canten su gran amor.
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