Al despuntar en la loma el día, al ver tu gloria nacer,
Se llena el campo de su alegría, se ve la yerba crecer;
Y yo, Señor, que temía que no fuera como ayer,
// Te veo aquí como siempre en mi vida y en mi ser. //
Se mezcla el sol en el horizonte con un verde cafetal,
En la espesura canta el sinsonte, vuelve la vida al corral;
Y siento el aire fragante, mezcla de aroma y sudor,
// Y Tú me pides que cante y te canto, mi Señor. //
Quisiera ser como aquel arroyo, grato para refrescar,
O el arrullar de tu pensamiento que se escucha en el palmar.
Como el cantío de un gallo, como el trinar del zorzal
// Mi voz se alza en el viento, oh mi Dios, para cantar. //
Comments