Abre mis ojos para ver
Las maravillas de tu ley;
Dame la clave de tu saber;
Tu voluntad sabré, mi Rey.
Coro:
Humildemente espero yo
Tu dulce voz hoy escuchar;
Dame tu Espíritu, Señor,
De santidad.
Abre mi oído, buen Señor,
Para escuchar con claridad
Tu dulce voz que, llena de amor,
Pueda apartarme de maldad.
Abre mis labios para hablar
Tus testimonios por doquier,
Y a otros poder pronto llevar
Bálsamo y paz para su ser.
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