Pero,…
Frecuentemente nos encontramos en situaciones que parecen imposibles. El temor nos persigue como una sombra y el sentimiento de “para de seguir” bombardea nuestras mentes. Después, con fe y confianza renovadas, a pesar de todo lo acontecido, decimos: “Pero, no obstante, confío en Dios.”
Esta palabra “pero” la encontramos con frecuencia en la Biblia. Es usada muchas veces en conexión con poder y victoria ante la amenaza y el peligro. En 2 Corintios 7:5 Pablo recuerda la experiencia en Macedonia de hallarse muy cansado y enfrentando dificultades por todas partes, y entonces añade: “Pero Dios, que consuela a los humildes, nos consoló con la venida de Tito” (2 Cor. 7:6).
Algunas veces nos sentimos aplastados por el fracaso y nos preguntamos: “¿Para qué seguir?” Simón Pedro después de haberse pasado toda la noche pescando sin conseguir nada, pudo haberle contestado a Cristo de esa manera; en lugar de ello dijo: “Pero, por tu palabra echaré la red” (Lucas 5:5). Y la pesca fue tan abundante que se rompía la red.
Eso es lo que ocurre cuando decimos: “Sé que en el pasado he tenido fracasos y desilusiones, pero hoy, no obstante, voy a confiar en Dios.
Lecturas:
domingo, 4 de octubre Éxodo 2:1-10
lunes, 5 de octubre Jeremías 32:17
martes, 6 de octubre Mateo 19:23-26
miércoles, 7 de octubre Lucas 1:36-37
jueves, 8 de octubre Marcos 14:35-36
viernes, 9 de octubre Job 42:1-2
sábado, 10 de octubre Marcos 4:35-41