Tiernas canciones alzad al Señor,
Himnos que lleven del alma la fe,
Y hablen muy alto del férvido amor
Que hay en el pecho del hombre que cree.
Vengan trayendo ferviente canción,
Niños y ancianos, de Dios al altar;
Traigan a Él su corazón,
Único don que podrá aceptar.
Coro: ¡Cielo y tierra canten al Señor de las naciones!
¡Cielo y tierra canten al Señor de las naciones!
¡Y los hombres todos con alegres corazones,
Sirvan al Señor que vida y paz siempre les da!
Él es la fuente de toda bondad,
Él es la vida, la luz, y el calor,
Sólo Él nos libra de cruel ansiedad,
Sólo Él aleja del alma dolor;
Digno es por tanto, que el hombre le dé
Gloria y honor que resuenen doquier.
Vamos a Él llenos de fe,
Nos salvará con su gran poder.
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