Min.: Padre nuestro, en un día como éste, cuando nos acercaremos a la llamada parábola del hijo pródigo, queremos reflexionar sobre algunos de los significados de la misma.
Con.: Ayúdanos, Señor, a realizar esta reflexión con mentes y corazones abiertos a la luz que generan tus maravillosas verdades.
Min.: En esta parábola del Gran Maestro, se nos narra la manera en que un hijo menor reclama su herencia a destiempo y con la intención de malgastarla.
Con.: Ayúdanos, Señor, a ser pacientes y a vivir de modo tal que honremos nuestra relación contigo.
Min.: Vemos allí, también, a un hijo mayor que en lugar de celebrar la llegada de su hermano, reaccionó con mezquindad y envidia.
Con.: Ayúdanos, Señor, a celebrar con gozo cada vez que tu bendita gracia alcanza a otros; pero también a apreciar cada día la misma gracia recibida de manera inmerecida.
Min.: Buen Señor, por sobre todas las cosas, allí nos encontramos con la más hermosa expresión de amor de aquel padre que celebra la llegada de su hijo.
Con.: Ayúdanos, Señor, a celebrar contigo tanto tu amor por otros perdidos, como por nosotros mismos.
Min.: Gracias por guiarnos por medio de esta enseñanza.
Todos: En el nombre de JESÚS te lo imploramos. ¡Amén!
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