Ministro: Venid ante la augusta presencia de Dios y traed ante Él todos nuestros pecados, en sincera confesión de los mismos.
LA CONFESIÓN DE NUESTROS PECADOS:
Min: Soberano Dios de paz y abundante gracia, recibe la confesión que tremos ante Ti.
Con: Te confesamos no haber procurado vivir en paz los unos con los otros, porque esencialmente no somos entes de paz.
MIn: Pero, también reconocemos que las veces en que la hemos procurado, hemos utilizado rutas equivocadas.
Con: Hemos buscado la paz mediante las fuerzas nuestras, y no dependiendo de tus recursos.
Min: Te predimos que nos perdones nuestros desviados y fracasados esfuerzos.
Con: Pero, también te pedimos que guíes nuestras vidas a la única Fuente de paz verdadera; la cual es tu amante Hijo, Redentor nuestro.
Min: Produce en nosotros esa sed necesaria y orientada a ser saciados solamente en Él.
Todos: Por los méritos de Jesús te lo pedimos. ¡Amén!
(Oportunidad para la confesión personal)
LA SEGURIDAD DEL PERDÓN:
Ministro: “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo”.
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