Min.: Dios nos ha convocado en éste, su día, para que vengamos juntos a adorarle y a magnificarle, ya que Él y sólo Él es digno de todo honor y reverencia. Y como parte de nuestra adoración, nos unimos en esta afirmación de fe histórica relacionada al día de reposo. Confesamos así:
ORACIÓN CONGREGACIONAL ALTERNADA:
Min.: “Aunque la religión no está sujeta al tiempo, sin embargo, no puede cultivarse sin una propia distribución y arreglo del tiempo; por lo tanto, cada iglesia escoge su propio tiempo para las oraciones públicas, la predicación del evangelio y la celebración de los sacramentos.
Con.: A nadie se le permite alterar a su arbitrio ese orden de las iglesias. A menos que se fije algún tiempo suficiente y disponible para el ejercicio externo de la religión, indudablemente la gente la dejarán de lado por sus propios negocios.
Min.: Vemos, por tanto, que en las iglesias antiguas había no sólo ciertas horas en la semana separadas para las reuniones,…
Con.: sino que también el mismo Día del Señor, aún desde el tiempo de los apóstoles, se apartaba para las iglesias y para un descanso santo,…
Min.: una práctica justamente preservada por nuestras iglesias para la adoración y demostraciones de amor cristiano.
Con.: En relación con esto no cedemos a las prácticas del pueblo judío ni a las supersticiones.
Todos:Pues no creemos que un día sea más santo que otro ni que el descanso en sí sea aceptable a Dios. Con todo, celebramos el Día del Señor y no el sábado como una práctica libre”.
(La Segunda Confesión Helvética, cap. XXIV)
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