Min.: Amada Iglesia, Dios nos llama individual y colectivamente a ser sembradores de la semilla de su Palabra. Sin embargo, la poca disponibilidad de tiempo, el ritmo acelerado de la vida y los ofrecimientos del mundo, limitan nuestros deseos de ser sembradores. Reconociendo estas cosas, vayamos a Dios en sincera confesión de pecados:
CONFESIÓN DE PECADOS:
Min.: Señor y Padre nuestro, nos duele reconocer que, como Iglesia, en ocasiones damos un testimonio confuso y tibio de la verdad.
Con.: Por eso, te pedimos perdón. Danos las fuerzas para testificar que Tú eres la única verdad.
Min.: A veces, nos percatamos de que nuestro compromiso contigo se encuentra limitado a la falsa percepción de que el buen resultado de nuestros esfuerzos descansa en nosotros, y no en el poder de tu Palabra.
Con.: Por eso, queremos pedirte perdón y queremos renovar nuestro pacto contigo.
Todos: ¡A Ti dedicamos nuestras vidas y sólo ante Ti nos postramos esperando tu sin igual perdón! Por Jesús te lo imploramos. Amén.
(Momentos para la Confesión Personal)
PALABRAS DE SEGURIDAD:
Min.: “Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la Palabra del Dios nuestro permanece para siempre”.
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