Min.: Recordemos la invitación que se nos hace por medio del profeta Isaías, cuando dijo: “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta; si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana”. Confesemos, pues, nuestros pecados, así…
CONFESIÓN COMUNAL DE NUESTROS PECADOS:
Min.: Padre nuestro, venimos para confesarte las flaquezas de nuestro amor por Ti.
Con.: Con nuestros labios, decimos amarte; pero nuestros hechos se pronuncian con mucho mayor fuerza aún.
Min.: Te hemos confesado como nuestro Señor, pero vivimos ejerciendo nuestra autoridad, no sólo con respecto a nuestra propia existencia, sino también con respecto a las vidas de los demás.
Con.: Por eso, te pedimos: Perdónanos, Señor.
Min.: De igual manera, confesamos nuestra humana tendencia a perseguir nuestra felicidad, como una expresión del bien más loable.
Con.: Pero hoy, reconocemos que el bien más loable es procurar hacer todo aquello que redunde en tu mayor gloria y honra.
Min.: Tal y como lo hizo Pedro, en medio de aquella sobrecogedora experiencia de la transfiguración de tu Hijo, buscamos perpetuar lo que nos produce un éxtasis espiritual.
Con.: Pero hoy, reconocemos que tales experiencias sólo deben servir al propósito de reconocer tu grandeza, ante nuestra pequeñez, y la necesidad de prestar atención a la voz de Jesús y seguirle obedientemente.
Todos: En su nombre, te pedimos que nos perdones. ¡Amén!
(Momentos para la Confesión Personal)
PALABRAS DE SEGURIDAD DE PERDÓN:
Ministro: “Hablad al corazón de Jerusalén; decidles a voces que
su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado;
que doble ha recibido de la mano de Jehová por todos
sus pecados.”
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