Ministro: Pueblo de Dios, ¿con cuánta frecuencia se ha puesto a prueba nuestra fe? ¿Cuántas veces hemos llegado a pensar que el poder, la autoridad y el dominio están en manos de los mortales? Ante esta triste realidad, vengamos, pues, y afirmemos una vez más Quién realmente es el único Soberano.
AFIRMACIÓN DE LA FE DE LA IGLESIA:
Min.: Hay un solo Dios, vivo y verdadero, quien es infinito en su ser y perfección, un Espíritu purísimo, invisible, sin cuerpo, partes o pasiones.
Con.: Es inmutable, inmenso, eterno, incomprensible, todopoderoso, sapientísimo, santísimo, totalmente libre y absolutísimo.
Min.: Hace todas las cosas según el consejo de su propia inmutable y justísima voluntad para su propia gloria.
Con: Es amorosísimo, benigno, misericordioso, paciente, abundante en bondad y verdad.
Min.: Perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado, y es galardonador de aquellos que le buscan diligentemente.
Con.: Además, es justísimo y terrible en sus juicios, que detesta todo pecado, y que de ninguna manera declarará como inocente al culpable.
Min.: Dios tiene, en Sí mismo y por Sí mismo, toda vida, gloria, bondad y bienaventuranza.
Con.: Él es el único todosuficiente, en y por Sí mismo, no teniendo necesidad de ninguna de sus criaturas hechas por Él, ni derivando gloria alguna de ellas, sino que manifiesta su propia gloria en ellas, por ellas y sobre ellas.
(Confesión de Fe de Westminster, cap. 2)
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