Señor: Tú has sido, eres y serás por los siglos de los siglos…
Venimos ante Ti para expresarte nuestras gratitud por la bendición de la maternidad y el don de la intercesión.
Señor: Tú, que eres Santo, Santo, Santo, y habitas en eterna santidad…
Bendice a todas las madres y concédenos un claro entendimiento con respecto a la labor intercesora de tu Hijo.
Señor: Te damos gracias por nuestras madres y encomendamos sus vidas y su labor bajo el santo cuidado y dirección tuya.
Señor: Te damos las gracias porque aunque estábamos separados de Ti, como consecuencia de nuestro mortal estado…
*Tú nos has provisto al Salvador.
*Él vivió una vida santa y perfecta, y así satisfizo tus más elevadas demandas.
*Él entregó su vida en la vergonzosa cruz, y con su muerte pagó completamente la deuda de nuestro pecado.
Señor: Gracias porque después de su muerte, se levantó victorioso de entre los muertos y ascendió para estar a tu diestra.
Señor: Gracias te damos porque ahora nuestro buen Salvador vive en tu presencia para interceder por los suyos, y así:
*Aboga por nosotros cada vez que pecamos,
*Nos socorre en cada situación difícil, y
*Nos fue a preparar un lugar en el que algún día podamos gozar de tu presencia eterna.
Por Jesucristo:
*El Intercesor que un día vendrá por nosotros. ¡Amén!
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