“Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Éste a los pecadores recibe, y con ellos come.”
Evangelio según San Lucas 15:1-2
Pienso que casi todos podríamos completar este conocido refrán, cuya primera parte dice: “Dime con quién andas,”. Me parece escucharles contestar a coro: “Y te diré quién eres”. De hecho, el título de este sermón se detiene en la primera parte; como invitándonos a completarlo.
Pero ¿qué les parece si hacemos el siguiente ejercicio? ¿Será que siempre debería completarse de la misma manera? Es decir, ¿será una verdad absoluta el hecho de que nuestras compañías determinan quiénes somos? Aunque reconozco cierto nivel de verdad contenida en el conocido refrán, francamente pienso que no comprende una verdad absoluta. Veamos.
Evidentemente la cultura religiosa del tiempo de Jesús tenía esta forma de pensar. Precisamente, por esta razón los fariseos y los escribas llegaban a la conclusión de que Jesús no era un verdadero profeta o maestro, es decir un hombre enviado por Dios. El texto de Lucas 15:1-2 constituye un buen ejemplo de esto último que acabamos de señalar. Pero, la realidad es que ésta es sólo una muestra representativa de lo que sucedió en todo el ministerio público de Jesús. La verdad es que Él fue señalado constantemente por juntarse con gente pecadora. La pregunta que debemos hacernos es: ¿Cómo reaccionó Jesús ante tales acusaciones?
La parábola de la oveja perdida figura como un magnífico ejemplo con respecto a la manera en la que Jesús reaccionó ante la murmuración de sus críticos. Con extraordinaria y puntillosa sabiduría, el Maestro utiliza la imagen del pastor y las ovejas, para ilustrar un importantísimo principio. Los maestros religiosos de la época consideraban determinados oficios como indignos. Entre ellos figuraba el de los pastores. Por otro lado, era de todos conocido el comportamiento torpe e incapaz de las ovejas. Entonces, allí estaba muy claramente marcado delante de todos los que escuchaban las enseñanazas del Mestro, su posición en torno a cuál era la opinión de Dios con respecto al tema que tiene que ver con quiénes debemos relacionarnos. Por otro lado, si bien es cierto que Jesús se juntó con toda clase de pecadores, también es cierto que lo hizo con el propósito de sacarles de su condición pecaminosa.
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